Daniel Lansberg-Rodriguez '13 on Effects of "Siege Mentality" and Public Disorder on Democratic Movements (in Spanish)

La delincuencia como arma política

En agosto de 1988 el gobierno militar de Birmania (hoy Myanmar), uno de los regímenes más represivos del mundo, parecía estar al borde del colapso. Un movimiento estudiantil democrático basado en la Universidad de Rangún, la capital, había impulsado a cientos de miles de ciudadanos a tomar la calle. Desesperados, las autoridades arremetieron contra los manifestantes de manera salvaje, matando o hiriendo a miles. Pero para el pueblo birmano cada represión solo reforzaba la importancia de su lucha y las protestas crecían...

Durante dos semanas, el gobierno intentó fútilmente dispersar a esta gran muchedumbre hasta que un día las Fuerzas Armadas y la policía abandonaron sin explicación las calles y se encerraron en sus cuarteles. El mundo esperaba con anticipación la inevitable capitulación del régimen y por primera vez desde 1962 los ciudadanos de Birmania experimentaron lo que era sentirse libres.

Pero esta historia no tiene un buen final. Justo después de haber retirado su presencia de la calle, el Gobierno anuncio una amnistía general y vaciaron a las cárceles. Por todas partes de la nación, una multitud de matones, ladrones, violadores y saqueadores fueron liberados; echados simultáneamente a la calle sin comida, sin dinero y sin previo aviso. En ausencia de autoridad estatal, esta manada de expresidarios hizo de la capital una orgia de saqueo, asesinato y violencia en menos de una semana.

Read more at el Universal